HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

La historia de la educación se ciñe a la división de las edades del hombre. En los inicios de la Edad Antigua hay que situar las concepciones y prácticas educativas de las culturas india, china, egipcia y hebrea. Durante el primer milenio a.C. se desarrollan las diferentes paideias griegas . El mundo romano asimila el helenismo también en el terreno docente, en especial gracias a Cicerón quien fue el principal impulsor de la llamada humanitas romana.
El fin del Imperio romano de Occidente (476) marca el final del mundo antiguo y el inicio de la Edad Media. Se fija el final de esta edad en la caída de Constantinopla en 1453. El cristianismo, nacido y extendido por el Imperio romano, asume la labor de mantener el legado clásico, tamizado, filtrado por la doctrina cristiana.
De la recuperación plena del saber de Grecia y Roma que se produce durante el Renacimiento nace el nuevo concepto educativo del Humanismo a lo largo del siglo XVI, continuado durante el Barroco por el disciplinarismo pedagógico y con el colofón ilustrado del siglo XVIII.
En la educación Contemporánea nacerán los actuales sistemas educativos, organizados y controlados por el Estado.
Educación y sociedad
La educación en Grecia varía de acuerdo a la región sin embargo se puede decir que en general existía una combinación entre educación intelectual y educación física. No todos los ciudadanos tenían acceso a ella ya que “la sociedad griega estaba estrictamente jerarquizada, por lo que la educación era exclusiva para las élites, las clases más bajas y los esclavos no recibían ningún tipo de educación”2
Las élites gobernantes recibían una educación integral, que incluía gimnasia, filosofía, guerra y además, exclusivo de esta clase social, educación sobre las artes políticas. Los hombres libres también tenían acceso a una educación, garantizada por el Estado, está abarcaba gimnasia, música, gramática y dibujo.
Los sectores sociales que quedaban fuera eran las mujeres y los esclavos, quienes no eran considerados ciudadanos con derechos políticos y por lo tanto el Estado no tenía la obligación de garantizar su educación, ellos podían aprender algún oficio a través de la tradición oral, generalmente era el padre quien transmitía a sus hijos su sabiduría por medio de la práctica y el ejemplo. Así mismo los hombres libres que no ejercían un cargo de gobierno, aprendían una variedad de oficios mediante la imitación.
A pesar de que en Grecia se encuentra la separación de los procesos educativos de acuerdo a las clases sociales, es evidente que con el tiempo se vuelve menos rígida y con tendencias a lograr una forma de democracia educativa.
El papel del maestro

Los maestros de las escuelas de los Estados eran griegos, es decir hombres libres, quienes ejercían un oficio como cualquier otro; pero los esclavos también servían como maestros, estos eran llamados “pedagogos domésticos” casi siempre extranjeros traídos por los guerreros como botín de guerra. La posición social del maestro no fue ciertamente de gran prestigio, el oficio de enseñar era el oficio de los que habían caído en desgracia.
Educación Arcaica
La paideia arcaica surge durante la formación del mundo griego, asimiladas las civilizaciones anteriores minoica y micéncia de la primera mitad del segundo milenio a.C., y superadas las llamadas Edades Oscuras de transición del segundo al primer milenio. Entre los siglos VIII y VI a. C. se gesta la cultura griega y se extiende por la ribera del Mar Mediterráneo desde las costas del Asia Menor hasta los confines occidentales (Iberia) del mundo conocido gracias a la labor comercial. Las colonias griegas aparecen en las costas del norte de África, la península Ibérica y en el sur de Italia (la Magna Grecia).
En estos albores del primer milenio a.C., Homero y Hesíodo crean la paidea arcaica que servirá de inspiración a modelos posteriores. Homero, en sus obras la Ilíada y la Odisea, crea el ideal perfecto de la educación, la kalokagathía (del griego kalós: bello, y de agathós: bueno) que establece la armonía entre la educación física, corporal, y la educación espiritual -intelectual y moral del alma-. Esta areté se basa en la imitación "mimesis" del paradigma de los dioses y héroes.
En la areté física, la gimnástica cultiva el cuerpo mediante la práctica deportiva, los ejercicios físicos y el manejo de las armas, sin olvidar la dimensión técnica, techné, de la formación, el aprendizaje de un oficio, la aplicación práctica de los conceptos y virtudes transmitidos por la enseñanza. La gimnasia se practicaba en la palestra terreno deportivo al aire libre, cuadrado y rodeado de muros. Las características distintivas en la práctica de la gimnasia eran: total desnudez del atleta, unciones de aceite y el acompañamiento de oboe durante los ejercicios. Los deportes más practicados eran la lucha, la carrera, el salto y el lanzamiento de disco y de jabalina. Además podían practicar el boxeo y el pancracio. Los niños de buena familia practicaban también la equitación desde muy pequeños.3
La gimnasia se practicaba desde la educación arcaica y a partir de ahí continuó siendo uno de los pilares de la educación griega. El incluir a la gimnasia en la formación de sus ciudadanos llevó a los griegos a la creación de los juegos olímpicos, surgidos en el 776 a. C. En estos primeros torneos, los jóvenes griegos competían por ver quién era el más fuerte, el más veloz o el más hábil en el manejo de un arma o técnica de lucha.2
La areté espiritual incluye la formación cultural y moral. La música, la lengua griega, el saber hablar y debatir, así como el aprender a manejarse en la vida, a vivir en comunidad, conforman el aprendizaje intelectual que debe completarse con la enseñanza moral de las virtudes: la piedad o eusebeia (el temor a los dioses), el respeto a los demás, la nobleza, el orgullo y la bondad. Este ideal educativo solamente está al alcance de los mejores, los aristoi, un concepto aristocrático que Homero traslada desde sus orígenes sociales, de una nobleza como grupo social, al terreno espiritual en el que los aristoi son los filósofos, personas que demuestran su excelencia al resto de ciudadanos gracias a su espíritu competitivo, al valor y práctica constante del esfuerzo, de la superación y del triunfo, virtudes que tendrán un premio: el honor.
En este proceso de educación espiritual, Homero cree en los efectos que el arte produce en el alma humana; la poesía, la filosofía y la retórica guían, enseñan, modelan el espíritu humano, en una especie de psicagogía.
Hesíodo, en su obra Los trabajos y los días continúa el modelo homérico pero lo democratiza, extiende los beneficios de la educación al conjunto de los ciudadanos, no solo a la nobleza. Pervive la areté heroica, pero Hesíodo canta y alaba el trabajo prosaico, la laboriosidad cotidiana, el quehacer y la sabiduría de los artesanos y trabajadores que cumplen con su oficio día a día. Otra aportación fundamental fue el concepto de diké, de justicia como derecho, ley que crea la comunidad de ciudadanos, no como el themis homérico de justicia identificada con las costumbres aristocráticas. La justicia combate la hybris, la desmesura que destruye el orden interior el orden social.
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/economico_administrativo/Historia_general_de_la_educacion.pdf
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